
A veces veo a Sartre como un niño, un muchacho inmaduro, que a pesar de estar vasto de conocimientos que nosotros ni alcanzaríamos a adquirir, no sabía lo que quería y por eso siguía divagando, por el miedo a no llegar a algo concreto. Por eso en su vida las cosas nunca fueron absolutas... ni siquiera sus mujeres.
0 comentarios:
Publicar un comentario